jueves, 25 de octubre de 2007

La Humildad y las virtudes

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~ Humildad ~




Caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
- Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
- Estoy escuchando el ruido de una carreta...
- Eso es - dijo mi padre. - Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre:
- ¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió:
- Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
"Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace".
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.
"Nadie está más vacío, que aquel que está lleno del Yo mismo."

(Seamos lluvia serena y mansa que llega profundamente a las raíces, en silencio: nutriendo.)
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La humildad de por sí, es un "algo" que no puede ser definida en dos líneas... ni puede ser entendida de un día para otro; cada individuo posee un concepto distinto de la misma, el problema de esto a veces radica en que confundimos la humildad con otra cosa. Cuando intentamos darle un concepto a algo "abstracto" (que puede tomar forma, de cierta manera...) hay que tratar de ser lo más precisos posible, e intentar ser consciente de lo que pueda significar.

En nuestra sociedad, la humildad a veces no es lo suficientemente apreciada... y pasa a ser, en ocasiones, sinónimo de debilidad. Recordemos que desde pequeños una gran parte hemos sido educados que hay que dar los mejores resultados, sobresalir entre los demás, obtener la mayor cantidad de bienes materiales, etc... etc... como individuos, no está mal que deseemos progresar... para nada, al contrario, es algo bastante bueno. Pero, veamos un poco más profundo...

La humildad, no es una desvalorización del propio ser, ni sentirse inferior a los demás; ni puede ser relacionada tampoco con una baja autoestima. Pero en la humildad, podríamos encontrar dos tipos: la virtuosa, y la viciosa... por lo que la primera entra más en la descripción anterior.

Sobre la humildad virtuosa, podríamos decir que es ser lo suficientemente conscientes, de la imperfección de nuestra naturaleza, de los errores que hayamos cometido en el pasado, que estemos haciendo ahora en el presente, o que en un futuro, quizás, seamos capaces de cometer. Somos capaces de reconocer defectos o debilidades, pero más importante aún, intentamos cambiar de una forma positiva sabiendo que todavía no hemos hecho lo suficiente, y se siente... la responsabilidad de hacer más, lo que es un gran paso a la hora de superarse.

Ahora, ¿será que podemos decir que el opuesto de la humildad, sería el orgullo?. Quizás, a primera vista pareciera que sí, pero aquí deberíamos tratar de ser conscientes de qué tipo de humildad estamos hablando. El orgullo es en sí una determinada satisfacción con nosotros mismos debido a X cosa que nosotros poseamos en cualquier plano (ya sea el físico, como bienes materiales, relaciones personales, el mental, conocimientos, habilidades naturales, o el espiritual, una serie de valores bien infundados, autosuficiencia, etc...)

Pero... aquí llegamos a un punto interesante, el orgullo como tal a primera vista no parece algo negativo... ni nada realmente malo, PERO, aquí se aplica más que todo un equilibrio para que el orgullo pueda ser "bueno" o en este caso "beneficioso" para el individuo... un exceso de orgullo sin un toque de humildad nos lleva a ser individuos que nos hace sentirnos superiores a los demás, que nos impide "escuchar" a los demás; y compartir opiniones... hacernos creer que siempre tenemos la razón.

Pese a que el orgullo en exceso es algo bastante malo, también lo es no poseer ni una pizca de éste. ¿Por qué?, si una persona no encuentra ninguna satisfacción en sí, o no siente orgullo por alguien, está muy difícil que encuentre bases suficientemente sólidas como para crear una fuerte autoestima. Un orgullo equilibrado es necesario, y cuando es mezclado con ideales de autosuficiencia y de autosuperación; es algo que realmente vale la pena. Saber y entender, por qué no debemos rebajarnos ni humillarnos (ya sea en cualquier plano). Aunque como tal, el orgullo sigue siendo una herramienta peligrosa en especial cuando se deja exceder... es cuando más solemos cometer errores, y nos confiamos demasiado. Si poseemos una estimación excesiva de nosotros junto con un enorme sentimiento de superioridad (y que en realidad sea infundado, en otras palabras que no haya razones para que sea cierto, y aunque lo fuese... sigue siendo igual de negativo).

Ahá... pero aquí llegamos a algo bastante interesante también. Que este orgullo excesivo está más cerca de la soberbia, y de la vanidad antes que del orgullo en sí. ¿Qué les parece?, hemos mezclado algunos conceptos que son ligeramente distintos uno del otro. Cuando sentimos una estimación excesiva de nosotros, junto con el sentimiento de superioridad (y que ambos son infundados) el soberbio y el vanidoso sí... pues su capacidad para autocriticarse no es la mejor que se diga. Ahora, estos dos requieren de personas que les escuchen para sentirse "valorizados", el soberbio desea dominarlos y el vanidoso desea admiración o reconocimiento personal... uno de los problemas de estos, es que igual que en una obra de teatro, cuando se termina la actuación ya uno no se cree el personaje. El orgulloso, caería más... en que no requiere de ese mismo público como para saber que tiene valor; y que aparte, si reconoce sus debilidades y defectos sin hacer gala a cada tanto de sus virtudes o habilidades termina en lo que conocemos como la humildad virtuosa. Y esta mezcla de humildad virtuosa con un orgullo equilibrado, es la que hace a las personas salir de situaciones muy difíciles... por sus propias manos.

Kant (padre de la filosofía moderna), expresó una vez algo muy interesante: "El orgulloso no infravalora a los demás, sino que tan sólo pretende poseer ciertos méritos en razón de los cuales no se doblegará ni humillará ante los otros, creyendo poseer un valor determinado del que no abdicará ante los demás. Este tipo de orgullo es legítimo y razonable siempre que no se traspasen ciertos límites, mas en cuanto alguien pretenda esgrimir ante los demás la posesión de semejante valor, nos encontramos ante el orgullo propiamente dicho, que es un comportamiento vicioso. La soberbia no consiste en arrogarse un valor y una estima en términos de igualdad con los otros, sino en la pretensión de detentar una estima más alta y un valor más preeminente en relación con uno mismo, así como en hacer gala de un menosprecio respecto a cuanto atañe a los demás. La soberbia es tan odiosa como ridícula, ya que se trata de una valoración enteramente subjetiva". Y Kant, termina concluyendo otro párrafo que me parece interesante: "Todo soberbio está algo chiflado, obsesionado como está porque se le reconozca su ansiada superioridad, cuando lo único que consigue realmente es convertirse en objeto de desprecio."

Volviendo otra vez al punto, decíamos de una humildad virtuosa y de una humildad viciosa. La viciosa, está más llegada al extremo, entre lo que sería una posible baja autoestima o hipocresía. Entonces la primera, llevaría la humildad al extremo, combinando una completa falta de confianza en sí mismo, y a subestimarse (y por debajo de lo que sería justo) con un toque de tristeza.

El otro aspecto de la humildad viciosa es la que está ligada con la hipocresía, Kant también logró describirla: "consiste en renunciar a toda pretensión de tener algún valor en sí mismo, persuadidos de lograr precisamente con ello un valor escondido". Y aquí el hipócrita se mezcla con el soberbio y el vanidoso, que aunque son tres conceptos diferentes... se puede dar con que un individuo tenga un toque de los tres. En conclusión... podemos decir, que hay que aspirar, efectivamente, a la humildad virtuosa; que es más que nada un equilibrio justo de orgullo, y ser lo suficientemente conscientes de nuestras capacidades y limitaciones... sin hacer gran gala de esto; combinándolo con un toque de autosuperación.

Branco / )-(ope

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